ES HORA DE VOLVER A NUESTROS REINOS 

(LA TIERRA PROMETIDA, LA NUEVA JERUSALÉN ) 

VOLVER A LAS LEYES NATURALES 
NO CREADAS POR HOMBRE, 
A VIVIR NUESTRA NATURALEZA POR MADUREZ. 


El papel vergonzoso tanto de las derechas como de las izquierdas cada vez más descarado en todas partes del planeta, no es más que el reflejo de una sociedad igualmente vergonzosa, que viendo ante sus ojos la podredumbre de sus conciencias lo permite en silencio. 

Los medios masivos de información se les han metido en sus mentes, como serpientes y les han hecho creer que mostrar sus opiniones es lo vergonzoso, a diferencia de la grecia clásica, por ejemplo, en donde los ciudadanos se preparaban en el arte de la retórica, la oratoria y siempre ha sido honroso denunciar las injusticias estando reservado para los patricios y ni qué decir de todas esas fortunas mal habidas que proliferan por todos lados y que aún más, es un orgullo para el que las posee, mientras que aún peor la sociedad misma y no me refiero con esto, a los gobiernos, sino a los miembros de la sociedad misma, que premia a quienes las poseen y alaban a quienes acumulan sin importar su origen, lo que tan solo nos muestra una clara degradación moral de todos sus miembros que tarde o temprano la llevarán al desastre irremediablemente. 

No sienten vergüenza por ir a votar por los mismos ladrones, asesinos, narcotraficantes puesto que se sabe de antemano que son privilegios que concede el imperio que dicta las normas de los estados, por lo que los asuntos morales pasan a ser tratados como problemas políticos. 

Las fortunas simplemente son ilegítimas puesto que, en cualquier sistema de oferta y demanda, que sea  auténtico, no es posible que ocurran disparidades tan grandes, en la riqueza, producto del trabajo colectivo que representa el mercado libre, entre productores y consumidores, debido a que el sistema en referencia siempre tiende al equilibrio de acuerdo a las leyes naturales y no permite los los monopolios, de la misma manera que en la naturaleza las células cancerosas que crecen y crecen de manera anómala e inconmensurablemente ,hasta dejar sin alimento a todas las demás, ocasionando la muerte de todo el organismo al que pertenezcan (su mundo - nuestra humanidad) y no son más que el producto de una  anomalía debido a la intervención del hombre; aunque lamentablemente en nuestras sociedades no pueda emplearse la quimioterapia para extirparlas. 

De manera que yo exhorto a todos a volver a nuestra tierra prometida, que se permite con tan solo seguir las leyes naturales, como aquellas que derivan de la costumbre y la empatía, no así por ley, que tan solo es un sistema de legalizar privilegios para algunos cuantos y constituir un sistema piramidal. 

Vergüenza es escuchar a las derechas y a las izquierdas de la actualidad, cada una desde sus trincheras traicionando sus principios y que promueven, en contubernio, cada vez más, estados más poderosos que sometan a las masas y en donde el hombre común y corriente está más indefenso ante las atrocidades que el estado mismo comete en contra de ellos y que además siguen siendo promovidos para gozar del privilegio del monopolio de sus poderes coercitivos repartiéndose el poder desde la cúspide de la pirámide en una fiesta bacanal que parece nunca terminar y que los medios de comunicación masiva disfrazan de un - sistema de libre empresa - 

El problema que emerge de la lucha por la cúspide de la gran pirámide, consiste principalmente en que, la competencia - ad infinitum - que se plantea, implica que cada vez más, las atrocidades cometidas en contra del bien común sean por necesidad, cada vez mayores tanto cualitativa como cuantitativamente, lo que nos está conduciendo a estados de perversión cada vez mayores e insospechados. 

Recordemos entonces que el sistema de oferta-demanda, es un sistema que tiende a la estabilización de los sistemas por necesidad y cuando emerge un imperialismo, sea este, de naturaleza estatal o particular, se trata de manera forzosa de una anomalía en contra de las leyes naturales, la cual, en todos los casos, termina con la muerte del organismo al que pertenecen sus causantes (nuestro mundo, en este caso, o, nuestra humanidad, en formación, puesto que la humanidad es una, por definición y la nuestra, aún, se encuentra dividida. 

En consecuencia, deberíamos comenzar, todos nosotros, con distinguir claramente, aquellas células cancerosas que representan una anomalía a las leyes naturales, a saber, estatales, privadas o de cualquier índole para con ello, comenzar el retorno a las viejas leyes naturales, como aquel retorno del hijo pródigo a su reino, para constituir nosotros mismos (no así los gobiernos) la nueva Jerusalén; en donde todos los hombres por igual, podamos desarrollarnos y se nos permita alcanzar nuestra plenitud humana, bajo condición de posibilidad de un medio ambiente, de bien común, misma que, solo es posible alcanzar, mediante tales leyes naturales (de dios) y no así, las leyes humanas. 

No ha sido dado juzgar [al hombre a otro hombre] solamente se nos permite hacer equidad, recordemos la parábola de Salomón y las dos madres que peleaban a un niño y que el ejemplo de sabiduría, ícono de la misma resuelve por equidad, puesto que la pregunta que se le hace previamente es doctrinal y de carácter moral estrictamente, lo mismo sucede con la adúltera que quisieron apedrear delante del Cristo; de manera que, las enseñanzas nos confirman que no es por ley sino por madurez cómo debemos convivir, puesto que por ley no encontramos ningún mérito, mientras que, la madurez, por necesidad implica un proceso de elevación del espíritu, que es propio y característico de la especie humana.

... lo estamos esperando, véngase a ocurrir en la eternid  








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