Dios creó nuestro mundo,
¡florecieron nuestros egos!
la tinaja se hizo pedazos. 

El vacío, el olvido, la nada;
nuestros fragmentos ¡chayes! 
en huesos de barro estrellado.

El todo dividido, el no creado,
¡nuestras partes todas ocupadas!
agua que se transforman en vino.
 
Dentro del fuego ...  el cielo,
¡prende¡ dentro de la tinaja
fuego lento nuestro ego,
trabaja el barro el alfarero.  
 

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