Entre aquello que no es ni la sístole, ni el diástole
¡caminaremos siempre!
todos nosotros por el horizonte,
aún con los corazones vacíos;
enfocándonos cada uno, en un pedacito ¡sin embargo!
todos pretenderemos tener la verdad,
eso multiplicado por cinco sentidos,
combinados de todas las formas posibles,
cada cual metido en diferente mito,
fabricado de ladrillos subjetivos ¡aquel momentito!
Se trata del momento preciso,
cuando lo verdadero o falso de la palabra, se hace inefable -
cuando se juntan: lo que se dice, con aquello que se siente -
lo que no es sístole, pero que jamás será diástole;
la muerte en todas sus intensidades
la posible inexistencia en todas las circunstancias posibles;
lo que no es ni verdad, ni tampoco mentira ¡aquel momentito!
lo pronunciado y la forma en la que se enunció... en el tiempo,
nuestra historia mitificada por el poder de la palabra. +
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