Un tángo ...
Lo amado; tomando mi mano detráz de cada latido que se empuña atándo las causas y luego desempuña soltándo a las águilas - motivo de las cosas - que arremeten en el yo interno de un vacío a largo plazo, sobre las plazas tapizadas de hormigueros de colores, sin rostro y telas típicas - separas - por el canto gregoriano de los monsterios. A medio despertar ...
El retorno sin prisa entre árboles amistosos que se comunican... detrás de los ojos verdes de los gatos, que maullan noctrnos y te llaman a lorar, a la distancia - vírgenes - en ausencia de caballeros; se dirigen a mi origen - el silencio como único medio - el viento que se cristaliza y se transforma en música sobre la corteza, esperando mientras corre la sávia transportándo su sabiduría en tu reino vacío. A medio despertar ...
La luz metida en tu ténue racionar sobre .. la soledad pronuniando tu camino con todos sus desciertos; en el silencioso - porqué de las cosas - entrrradas bajo las dunas de arena, que describen los tambores desde su interno, cuando los golpéan por fuera ... y que cuando alivian ¡empúñan! y luego desempuñan deacuerdo a las lineas de las palmas de las manos. A medio despertar ...
El águila desde su vuelo, observa tu reino vacío; tu película humana sobre la gran ciudad, de un rock booliano que aplásta y desaplasta detrása de cada latido, al centro de cada fracuencia y que rebotan en las vitrínas e imágenes de gatos comercializados - a los mejores precios - en ausencia de caballeros, fuera de ti, entre avenidas cuadriculadas en las palmas de las manos. A medio despertar ...
Sobre el árco de la gran entrada, de medio punto, con tu propio nombre sin rostro, tallado sobre un tenue mineral, el mismo del cuál saliste - en busca de alguna oportunidad - y que ahora regresas abatido después de vivir la vida, tu mejor amiga; acontésimientos cuando no tenías que trabajar ¡el águila canzado de sobre volar tu reino vacío - A medio despertar...
La matemática cumpliendo su palabra todo lo decidía - mitad y mitad - al ritmo de un tángo dizfrutándo de un tango que jamás debió de terminar ... pronunciándo tu destino entre vación a largo plazo, de ese, que únnicamente produce la eternidad - las paredes de tu palacio - todo principio de tu fiel; eterno mandamiento salído de tu templo - en ausencia de guarda espaldas - como no ocurre en el allá. A medio desperar...
Tu tribu te está esperando, guitarra en mano junto a la hoguera desde donde la soledad todo lo observa, tu película humana - a los mejores precios - sobre la gran ciudad, en ausencia e caballeros, entre avenidas cuadriculadas las caras escaniadas fuera de ti, ... sobre el rco que lleva tu nombre - te persignas - antes de entrar - geting out or quetting in, to night - sintiéndo cada la tido, cada empuñar y desempuñar tallado sobre un tenue mineral. A medio despertar ...
Te fuiste cuando sonaba un tángo, dejáste vacío tu reino y hasta ahora vuelves a soñar, ahora con tu regreso comienza el sonar de nuevo, regresas abatido - cuando no tenías que trabajar - Desde lo eterno, fiel, eterno dulce compañero, ojo de buen cubero desde el verde ojo de gato; la mirada del águila, en tu escudo, regresas - mitad y mitad - el príncipe y el mendigo, mientras los árboles se comunicaban- Tu por otro camino.
¡Pero! volvíste ... te la viviste y ya tienes tu tángo. A medio despertar ...
- Hola ¿Que te hiciste? ... un abrazo para empezar.
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