El día que muera te prometo, que,
- le voy a dar una buena patada -
en los dos aquellos ¡ya saben donde!
al tal magnate Sorros, que, 
según dicen - muy discretamente - 
falleció hace algunos días, 
le voy a encontrar y luego 
te iré a vicitar a tí,
espero un abrazo de parte tuya. 


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