Campos de batalla 
del sho sonoro
en el secreto lugar 
cuna; verdad y razón,
conflictos mentales 
y malas caras, 
cabellos enredados. 
Originarios de ahí, 
la tierra en donde,
todos las  - de donde -  
aparecen y desaparecen,
en el inicio, génesis  
del primer paso, 
de todos los pasos
sin medida alguna. 

Expulsados del estado, 
cual colisión de partículas, 
- entre nervios alterados -  
de los cuales, salimos todos
esclavizados, en forma,
figura del trasfondo,
de monedas sin valor, 
sintéticamente facturados, 
Seres de primera plana 
producidos en masa, 
a cuadros y rectángulos 
paráfrasis del sho sonoro,  
encriptado en forma, del 
show en el silencio del eco. 
 
Sabios los... ¿de donde? 
del ahí, 
fracturados 
y cuestiones de ¡fe¡ 
¡andando! en el conocer profano
 de los caminos, para luego... 
escarbar 
en donde, verdad y razón
escondida en escondite  
entre barras y estrellas, 
de monstruosos monstruos y,   
órganos de seguridad imperiales, 
paridos en edificios pentagonales 
¿de donde? del ahí - 
encriptados - 
atrapando a los incautos en las redes. 


No, se te existe, como a todos, 
el conocer profano, del profundo
que, solamente converge iterando 
cada deseo, de nuestro animalito 
en secreto, de seguridad imperial
sistema organizado y estado salvaje 
- para robar nuestro tiempo -al sho -
sonoro, obscuro... de milenios.

El estado que finalmente, 
- prostituido en el chinchilete - 
de un pentágono 
ejerce el monopolio de la verdad, 
entre escondites y chviricuarta 
lugar y cuna de la ¡fe! 
y la mentira
dictada por el demonio  -al sho -
sonoro, en cadena nacional.  

¡Espanto de los necios! 
dirigidos desde un único 
túnel... vacío, enclaustrado, 
en ausencia de luz
al final del túnel, 
un - se escucha - 
nuestro ¡sho! y su eco 
¡andando! en el ahí, 
de nuestro animalito salvaje
el instinto del conocer. 
- prostituido en el chinchilete -
- para robar nuestro tiempo -al sho -
sonoro, obscuro... de milenios.

 


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