Salí distraído del reino, ahora; no me puedo encontrar,
¿seré acaso? ese ave, que hábilmente fabrica su nido
quizás ¡el niño de la esquina pidiendo pan!
sin dirección, sin sentido, el soneto en el oído, 
quizás solo sea, un secreto tuyo, perdido en el bosque, 
un tabú, dicho al oído, que siempre quisiste ocultar. 

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