La experiencia, es el conocimiento subjetivo obtenido a largo plazo, durante generaciones y se ha constituido de manera natural en nosotros como la historia generacional, propia y subjetiva, como constituyente natural de nuestras culturas propias de nuestras familias (no, es lo mismo, que la historia oficial, esa que, escriben los vencedores, como dice una conocida frase) mismas que, se transmite de generación a generación; mientras el tal, nuevo orden de Davos, nos pretende dejar sin experiencia a nosotros sus criaturas, eliminando para ello, a la tercera edad, en un genocidio eutanásico, en masa, programático, con el objeto de monopolizar el - total del conocimiento - incluyendo el conocimiento científico.
Lo que significa para ellos, transformarse en los portadores únicos de la verdad y la razón, como monopolio de la verdad.
La lucha está; hoy más que nunca, dentro de casa (no en las calles) se trata de una lucha moral; guerra híbrida, informática, propagandista y de altas tecnologías, que, permiten transformar la psique de las mentes débiles, robándoles su identidad (lo único, que es, propio de nuestro ser, eterno e inédito; forzándonos, cada vez más, a cambiarlo por papelitos verdes)
En consecuencia, somos nosotros los adultos mayores, quienes tenemos la obligación de divulgar la experiencia vivida, para provocar con ello que, nuestras nuevas generaciones tomen consciencia de si mismos, de su papel en la historia, de su condición de seres humanos, dotados de divinidad (libre albedrio e historicidad propia) y no así - los agarren como que, vienen de arriar pijijes -
Sigamos entonces, el ejemplo de nuestras culturas ancestrales, quienes han logrado conservar sus propias identidades, a través de los milenios. porque ello, no puede significar otra cosa más que convicción. Bendito el hombre que no traiciona sus convicciones por cosas coyunturales de esta vida (propias de una realidad contemplada a corto plazo) y que, en adelante vivamos como animalitos, sin historia y sin propósito - comprados para siempre -
TARDE
Gracia de enero bendita en la tarde la playa llueve en placeres que surcan en ritmos de percusivos caminos sobre arena blanca ave María enloquece mi mente se besan sol y rojo fuerte formando plateado y encendido naranja se escucha el todo y la nada sabroso despierto la siesta en el bar y en mi cerebro un hemisferio nuevo que surca en ritmos de percusivos caminos sobre arena blanca bendita la tarde y la playa que llueve en placeres ave María enloquece mi mente
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