El antiguo arte de la dialéctica de las élites en Davos (un C ) consiste en poner a luchar a un A con un B, para que nos matemos nosotros mismos. Destruir a la familia, para que solamente existan sus propias y únicas dinastías.
Yo tengo muchas amigas feministas y sé que le pudiera molestar, no es ese el ánimo y les ruego que lo tomen con madurez. En ese sentido, debo decirles que yo cuento con mi propio proyecto global, que es híbrido y totalmente ecléctico; de manera que no soy tampoco (y detesto) algún machista salido del pleistoceno. Así que, independientemente a cualquier ideología y respetando nuestra humanidad les deseo a todas que prosperen en su lucha. Cada cual, desde su trinchera y respetando el grado de madurez, de cada uno desde su individualidad.
En ese sentido; yo en lo personal, no soy, muy partidario del feminismo - sintético - salido de Davos o la Comisión Trilateral ni nada por el estilo y soy de los que piensa que se trata de una ideología, que está siendo utilizada como instrumento político, utilizado por - machistas y racistas, magnates, de la agenda 2030; quienes actúan con el objetivo táctico, de separar a hombres y mujeres ideológicamente, para alcanzar la destrucción de la familia, de forma programática.
Muy por el contrario, soy de los que piensan que, las mujeres han desempeñado el papel más importante en la historia humanan, superándonos a nosotros los hombres y las cuales, han cumplido la función - natural - de transmitir y conservar la tradición familiar, como unidad cultural; tarea de carácter ideológico y espiritual, destinado únicamente de aquellos, seres, más evolucionados, que el hombre, privilegio que, les ha sido quitado por el sistema; el privilegio de educar a sus hijos (la matrona en La Mama de M. Puzzo) igualándolos dentro de un orden espiritual natural, y poniéndolas a competir con nosotros los hombres (seres de categoría inferior a ellas, cazadores y más orientados al salvajismo animal) podría decirse que, la naturaleza espiritual e intelectual es propia de la mujer mientras que la naturaleza animal, que también compartimos, es preferiblemente propia de nosotros los humanos varones.
(El verdadero poder dentro de la familia, siempre lo habían tenido las mujeres, previo la segunda gran guerra, aunque no pareciese así; por ejemplo, el papel de la mujer en las alianzas familiares y prácticamente en toda la política familiar; mismo que han cedido últimamente, pensando que la dirección familiar es denigrante, de alguna forma, así como poco digna; cosa que se ha ido implantando en las sociedades que se autodenominan post modernistas de la actualidad)
El problema fundamental estratégico, entre ser familia y ser dinastía es; que, en la primera, no se tiene una visión a largo plazo, mientras que la segunda opción si lo es.
-+ ahí, radica el verdadero poder.
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