Sabemos que la información lo está globalizando, todo, en el sentido propio de la universalización - de algo - pero, no por eso, debemos aceptar que, se utilice como una estrategia dominación global, impuesta - contra natura - indiscriminadamente a expensas de la libertad humana; por un grupo de supremacistas, sacados de una novela de terror, que se han abrogado el atributo de dioses en la tierra capaces de desafiar a las leyes naturales de la evolución temporal de las cosas; como si no tuviéramos los antecedentes suficientes de lo catastrófico que esto pudiese ser.
Todo ello por culpa del vivir el sin sentido - el sentido de la evolución - que consiste en considerarse, a si mismo, como ente legítimo, justificado por la propia naturaleza (cuyo método es el de método de prueba y error, realizado, a través, de millones de años) con todos los derechos y responsabilidades que eso conlleva, dentro del proceso de selección natural.
Nos hemos dedicado a vivir del sistema monetario parasitario; cual termitas, cuyas sociedades viven de transmitirse alguna hormona, que, provoca la esclavitud y la adicción al trabajo; de la misma manera y con la misma alegría, que cuando nuestro animalito para la cola, en el momento en el que, le hacen una transferencia monetaria.
Hemos construido, un sistema, en donde ¡una criatura como nosotros! entrega su voluntad dócilmente, inconsciente de ella, a las clases gobernantes. Somos por lo tanto, seres inconscientes de nuestra divinidad, que no puede ser de otra manera sino - de carácter libre - sometiéndolas, sin saberlo quizás, a aquellos, quienes han construido un mundo, a través de los siglos, del cual, por lo visto, no podremos salir jamás.
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