La mujer ha cumplido siempre, la sagrada misión de la naturaleza, de transmitir la información de generación en generación; la cultura familiar (entidad dinámica, que se hace diariamente con el vivir las cosas mismas) mientras nosotros los hombres salíamos a cazar. No fue sino hasta los años de post guerra, en que las mujeres fueron desplazadas a trabajar y abandonar a sus hijos en casa, por existencias del sistema; manipuladas por la propaganda, haciéndoles creer que su labor de “ama de casa” no era digno y además denigrante.

         De la misma manera, ahora, en la actualidad, ese mismo sistema, pretende terminar con el trabajo que empezó y exterminar a la familia, como unidad fundamental “de origen natural”  No es ningún secreto que las grandes corporaciones se han corrompido moralmente incluyendo sus estados (como pertenencia de ellas) y que ahora mantienen un ataque sistemático y plenamente planificado, en contra de los universales humanos que siempre nos han caracterizado a saber hermandad, fraternidad, paternidad, maternidad, unidad.

         Han comenzado por intentar extinción en masa genocida, hacia los miembros de nuestra sociedad, los llamados “de la tercera edad” poseedores de la experiencia (ente esencial para la adaptabilidad de cualquier sistema orgánico) lo cual, representa ¡una locura! destinada a la implementación totalitaria (monopolización de la experiencia, como parte del conocimiento) propicia para una esclavización digital programática por parte de los autoproclamados sapiens

        De manera que la sabia naturaleza ¡jamás! ha relegado a un segundo puesto en la sociedad como se pretende hacer creer por aquellos entes monopólicos que pretenden monopolizar a la propia familia; constituyéndose en adelante, en las únicas dinastías posibles, mientras las demás, se disuelven con el propio transcurrir de las generaciones.

          Para ello, el sistema, está creando susceptibilidades entre padres he hijos, entre generaciones y entre sexos. De tal manera que son en especial las mujeres las llamadas a no dejarse sorprender con esto de las nuevas guerras de los sexos ocasionados por la prensa mediática junto a los hombres, en unidad familiar, según el diseño de la propia naturaleza y que hemos heredado desde generaciones atrás quienes debemos enfrentarnos a tales planes siniestros, propio de un grupo de delincuentes de solapa blanca, que se pretenden dueños del mundo en pleno tercer milenio, quienes están demostrando sus bajos instintos y que nos gobiernan como si aún fuésemos unos salvajes cualesquiera y no así unos seres civilizados, como nos corresponde. Son ellos, a los únicos que no les conviene a sus intereses el concepto de “ser civilizado” porque atenta contra sus propios intereses y harán siempre ¡hasta lo imposible! Para mantenernos en guerra o, atenuándolo como “libre competencia” lo cual de libre no tiene nada y se trata únicamente de un sistema de privilegios que se presenta fraudulentamente como sistema de “libre empresa”

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