Los medios de prensa, mismos que han traicionado a un colega suyo; un colega digno, detenido ilegalmente por los gobiernos de Inglaterra y Estados Unidos, J. Assange, quien únicamente por difundir entre a sus colegas "periodistas" el material que demostraba, como se perpetraban los crímenes de guerra, durante las últimas guerras, de los estados de la Alianza; eran los miembros del ejercito de esa alianza, precisamente, quienes estaban cometiendo los crímenes contra población civil; así como la participación de la CIA. En las plantaciones de opio de Afganistán, mismas que, han colocado a su propio estado, en el mayor proveedor de esa droga en el mundo y como las guerras encubren el lavado de dinero sucio y ahora, la trata de personas, órganos, esclavización, prostitución y pedofilia entre otros; mismos que son promovidos por los interesados todo poderosos, a saber, industria militar, tecnológica, sanitaria principalmente, y con todo el apoyo de Wall Street (el que pita grita, decimos aquí en Guatemala.)


También Assange es el responsable de que, nos hayamos enterado del el escándalo, sobre que, los organismos de seguridad de los Estados Unidos, nos estaban escuchando y accediendo a nuestra información privada y hasta íntima; pero sus colegas periodistas lo abandonaron y le han dado la espalda cobardemente, manteniendo un silencio cómplice, sobre todo, por satisfacer al sionismo genocida internacional, encargado por la ONU, sobre exterminio del pueblo palestino, el cual, igualmente ha sido sistemáticamente silenciado.

Que se puede esperar de una prensa, que se dice a si misma, independiente, cuando tienen obviamente prohibido mencionar sobre el genocidio de los judíos a los palestinos y que abandonan a su suerte al más honorable de ellos, dejándolo morir en un calabozo; únicamente por decir la verdad.

Recientemente quise ingresar a una organización de periodistas, que hace gala de un pomposo nombre empero que cuenta con ciento cinco o algo así de socios. A pesar, de tratarse de entidades gremiales, estos gremios deberían de ser gremios que procuren al gremio periodístico en general, no así, definidos o aceptados por sus compatibilidad de ideas políticas, sectarias u obedientes a intereses; organizaciones que deberían ser las primeras en presentarse a la sociedad, adoptando siempre una actitud de respeto a las ideas del otro y no tipificarlo y discriminarlos por ellas; puesto que por definición misma de periodismo libre, se debe comenzar por dar el ejemplo.

El problema es que hemos llegado al punto de que, en todos los niveles se da la corrupción (sin embargo la prensa tradicionalmente ha sido un bastión en contra de ella, mismo del cual, ya no quedan ni las sombras) Hacen una su fundación (gremio en este caso) y se enquistan ahí, no permitiendo el ingreso de quienes puedan competir con sus ideas y sus argumentos, es decir, se encargan, desde las directivas periodísticas, por pequeñas que sean, de formar la primera línea, sectaria, para el control de las noticias, la promoción de leyes y políticas de maneta tal que, los impulsan, por una parte, y por la otra los comprometen.




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