¡A, lo lejos! el fantástico metalizado, de autopistas sin destino, 
ficticio de alma prestadas, que no se pueden verse a si mismas,
de mentes moldeadas y alimentos en las estanterías, 
alquiladas, sin refugio, solitarias, sin pies ni cabeza,  ¡almas! 
que no se saben almas ¡criaturas de los anaqueles¡
- cráneos cajas de registro - de registros incoloros, 
de vidas incoloras, momentos incoloros y espíritus incoloros,
almas ficticias en pena, que viven sus vidas cotizando,
atrapados entre las telarañas del sistema, inmersos entre monedas,
valores, que cambian de apetecido sabor y se hacen mercancía. 

Especie que vie la vida, sin conciencia de estar con vida
entre vivencias de hombres rostro humano, sin voluntad alguna, 
espíritus viven cargando la pantalla - a cuestas - 
a mitad de la noche de la luz de la Luna, de rostro metálico
a mitad de la noche ... ¡imágenes!  entre agua ¡pura! 
de líquido que escapa dentro de los cinco dedos, 
de - rostros amigos - envueltos entre lejanas pantallas, 
fraccionados entre pixeles ... recuerdos de mundos sin destino,
sueños de pantalla, que nunca más volverán, sepultado,  
como muertos el fantástico metalizado que cambian de sabor. 

A lo lejos ... una pareja de palomas blancas, que va huyendo 
entre lo fantástico y lo metálico de valores metalizados,
observando desde lo alto, como nuestras almas se digitalizan  
a mitad de la noche, de la luz de cada Luna, entre miembros
de la misma especie, con sus voluntades ente las pantallas,
de rostros compuestos, muriendo sus vidas, en la Google,
¡almas!  cargando la pantalla - a cuestas - de rostro metálico,
inconscientes de estar muertos, aún con vida, sin destino; y ...
especies caras humanas, viviendo su vida, fraccionados 
entre pixeles, entre lo fantástico del frío sabor metálico. 



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