REQUIEM PARA LA LIBERTAD
Me he visto en la imperiosa necesidad de tener que retirar una publicación titulada "La Ranita Sabia ||" por presiones y amenazas de Facebook (el gran tentador) que me restringió la frecuencia de mis publicaciones, de forma unilateral y autoritaria; misma que puede ser encontrada en mi página de blog "Ocurriendo en la eternidad" por si alguien desea leerlo.
Esto debido a que en ella se hace referencia al fenómeno de la contaminación electromagnética global, debido a la emisión de miles de millones de dispositivos celulares que ocurren diariamente sobre toda la superficie del planeta y de la cual, la prensa "acreditada" poco o nada menciona y que se señala como la causa fundamental de la generación del denominado "calentamiento global" atribuyéndoselo exclusivamente a los gases de efecto invernadero.
En consecuencia, el artículo que pretende exclusivamente darle un tratamiento distinto al oficial, de un fenómeno atmosférico natural pone en evidencia el conflicto de intereses existente entre la industria de comunicaciones y las industrias tecnológicas no ha sido de su agrado y por ello prenden acallarme.
Claramente Facebook no tiene la autoridad ni mucho menos la solvencia moral de acallar a ningún ser humano y al caso aunque particularizado representa un atropello contra la dignidad de todos aquellos que defendemos la libertad de pensamiento y de expresión, así como de todos los derechos humanos inherentes a nuestra naturaleza.
Por tanto, me reservo el derecho de denunciar ante Amnistía Internacional y otros órganos encargados de velar por tales derechos, haciendo hincapié en que, de acuerdo con los principios fundamentales del derecho - no se pueden anular los contratos ni tampoco cambiar las clausulas unilateralmente- siendo que, cuando nos registramos en Facebook suscribimos tácitamente una relación contractual que debe ser respetada siendo que para ello nosotros los usuarios debemos previamente ser - citados, oídos y vencidos - de manera que Facebook (el gran tentador) no puede constituirse en juez y parte, contraviniendo con ello, a todo el derecho nacional constitucional como internacional suscrito a priori por prácticamente todas las naciones civilizadas de nuestro planeta.
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