En estadios vacios
con el eco impuro
de las ciudades
viejo el aullido
de los hombres
encarrilados
a nalgadas
que izan
las banderas
de pájaros
y serpientes
para hartarse
en el sumidero
de sus pasiones
con gula
en sus pechos
para atraer riquezas
y miserias humanas
ocultos de los astros
y empapados
en las garras
del sistema
Nacen nuestros
políticos
paridos
por el engaño
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