Debajo de una farola de mercurio;

sombrero y guitarra; pared recostada

- esquinada - ensallaba la banda, 

la luz de la cigarra ... ¡a cántaros! 

Iluminaba el cigarro su canto, 
 
entre Plutones y Martes entonada,

dos muchachas de labios pintados

la luna de plata de una fumada, 

tres o cuatro peludos en plenilunio  

un riff, un rubio recuerdo ¡del barrio! 

los árboles de la avenida enamoraban. 


LA NOCHE DE LAS NARICES FRÍAS





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