Camarada con las nuevas disposiciones de los sectores de la academia, especialmente de la llamada - dictadura de la toga - los hombres modernos nos hemos acostumbrado a tocarnos con tweet de ciento cuarenta palabras (lo que quepa de contenido) el argumento sintético que permite nuestra clasificación, para que en base a nuestro - tipo - decretar entonces la falcedad o verdad de los hechos, en tal virtud los miembros de la academia se dedican mas bien a cuidar de su profecionalismo que de la propia verdad, a la cual muchas veces han prostituido, como ha quedado patente en el caso de la última - pseudo pandemia - le llamaría yo, en todos los tópicos de su incumvencia y no sólamente en la medicina, por cierto, a excepción de casos particulares, de verdaderos héroes que se han pronunciado en contra del sistema.

Yo creo que deberíamos de sentirnos todos tocados, manoseados como hombres; en nuestro amor propio y deberíamos en cambio, atender las palabras de W Whitman; y que es es lo primmero que se nos debiera de enseñar en cualquier casa de estudios, a saber,
Camarada, esto no es un libro.
Quien toca esto, está tocando a un hombre.

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