Ahora la conquista y el proceso de colonización se origina en los hogares por medio de las redes; se ha constituido un ataque sistemático y programático directo a nuestras identidades, las cuales, no persiguen otra cosa más que la destrucción de nuestras familias, que se han constituido de manera natural, como las unidades esenciales de organización colectiva, constituyéndose en las unidades culturales triviales por excelencia, quienes cumplen la función sagrada de perservar las tradiciones milenarias. Las nuevas tecnologías están siendo utilizadas por las potencias imperialistas para dividir a las familias, tanto generacionalemente como en sus relaciones contractuales.

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